Evaluación de la utilidad de un Programa de Educación Nutricional en Trastornos de la Conducta Alimentaria.
Introducción: Los Trastornos de la Conducta Alimentaria incluyen componentes psÃquicos y fÃsicos, por lo que para un adecuado abordaje de los mismos se debe trabajar dentro de un Programa integral con la participación de diferentes disciplinas. La Educación Nutricional busca la modificación de la conducta alimentaria hacia patrones más saludables y debe formar parte del Programa de tratamiento de esta enfermedad. Objetivo: Determinar el efecto de un programa de Educación Nutricional sobre el estado nutricional y el patron alimentario de un grupo de pacientes con Trastornos de la Conducta Alimentaria que siguen con el protocolo habitual de seguimiento en consulta de Nutrición y de Salud Mental. MetodologÃa: Se incluyeron 89 pacientes, 5% hombres, que recibieron Educación Nutricional individual con visitas semanales/quincenales por 4-6 meses, llevadas a cabo por una Dietista. La edad media 24 ±8 años. La distribución por diagnóstico fue: Anorexia Nerviosa Restrictiva (ANR) 32,5% y Anorexia Nerviosa Purgativa (ANP) 26,5%, Bulimia Nerviosa (BN) 18%, Trastorno Alimentario No EspecÃfico (TANE) 21% y Trastorno por Atracón (TA) 2%. La media del tiempo de evolución desde el diagnóstico fue de 4,8 ± 5 años. Los pacientes completaban el cuestionario EAT26 (Eating Attitudes Test-26), se realizaba evaluación antropométrica, registro de 24 h y frecuencia habitual de consumo de alimentos en la primera consulta y tras recibir el programa de educación nutricional. Resultados: El valor medio del cuestionario EAT26 fue inicialmente 32 ± 15, tras la intervención fue 23,7 ± 14 (p < 0,001), lo que evidencia cambios significativos en la sintomatologÃa de los pacientes muy positivos. También hubo diferencias significativas en el análisis del cuestionario por escalas y en la evaluación por diagnósticos. Tras los 4-6 meses del prograrna, disminuyó significativamente el número de vómitos/semana tanto en ANP (7,2 ± 10 vs 1 ± 1,8 p <0,001) como en BN (8 ± 9,7 vs 2,2 ± 3,2 p < 0,01). También se observó una tendencia favorable en la disminución en el número de atracones/semana para ambos diagnósticos. El porcentaje de pacientes que consumÃan menos de 4 comidas/dÃa se redujo de un 70% a un 19% (p < 0,001). El 67% de los pacientes logró dedicar un tiempo definido como correcto a comer y un 54% pasó a consumir una comida completa, resultados que muestran una tendencia muy favorable respecto a la normalización del patrón alimentario. Aumentó significativamente el consumo de lácteos, verduras, cereales, aceite (p < 0,001), carnes (p < 0,05) y frutas (p < 0,01). Inicialmente un 34% consumÃa por lo menos 3 de los 6 grupos de alimentos dentro del rango recomendado, al final lo hizo et 70% (p < 0,001). Tras la educación nutricional se produjo un incremento significativo en la ingesta energética y en el consumo de hidratos de carbono (p < 0,001) tanto en ANR como en ANP. Respecto a los micronutrientes aumentó significativamente la ingesta de vitamina B2, ácido fólico y calcio (p <0,001) en ANP y de magnesio y calcio (p <0,001) en ANR. Se produjo una mejorÃa significativa en el estado nutricional en ANR (p <0,001) en las variables peso, IMC y circunferencia muscular del brazo y el pliegue tricipital estuvo en el lÃmite de la significación. Para ANP y TANE su valoración inicial demostraba que se encontraban dentro de rangos de normalidad, situación que se mantuvo tras la educación nutricional
References
Kohen, V. L., Candela, C. G., Nogueira, T. L., Torres, A. P., Rabaneda, R. C., Marin, M. V., & ... Zurita, L. (2009). Evaluación de la utilidad de un Programa de Educación Nutricional en Trastornos de la Conducta Alimentaria. (Spanish). Nutricion Hospitalaria, 24(5), 558-567.